Directo a Londres...


Nota: Este post es muy personal, demasiado personal y lo publico porque la persona a la que me refiero es muy especial para mí y sé que le gustará leerlo. Más vale tarde que nunca.

Ayer me acordé de él.

Me acordé de cuando éramos pequeños y asistíamos al mismo Jardín Infantil, aunque el vago recuerdo de eso, es la cara de un niño inocente jugando con otros a ser súper héroes.

Después de algunos años de no vernos, nuevamente como a los 9 años lo volvimos a hacer.
Compartíamos el mismo grupo de amigos, jugábamos juntos ladrones y policías, al escondido, al fusilao, y toda esa cantidad de juegos que hasta nos inventábamos con tal de pasarla bien. No éramos los mejores amigos del mundo, pero por lo menos compartíamos en un mismo ambiente.

Recuerdo cuándo en las mañanas comenzamos a hacernos burlas desde nuestras rutas del colegio que llegaban casi a la par, algunas veces primero la de él, algunas veces primero la mía, pero siempre terminaban encontrándose y desde las ventanas nos saludábamos y nos moríamos de la risa, para nosotros era divertido.

Y así empezó a consolidarse la más bonita de las amistades. Ya no sólo éramos compañeros de juegos, sino que empezamos a compartir secretos, yo le hacía el dos con aquella niña que a él le encantaba, esa que no le quiso prestar atención, al menos no cuando él quiso.

Y resultó que a mí me empezó a interesar más de la cuenta. Muchas veces no veía la hora de verlo para poder hablar, compartir con él, tenerlo cerquita. En nuestro grupo de amiguitos cada quién tenía su “amorcito” de adolescente, y parecía que él se iba a convertir en el mío. Pero preferí seguir siendo amiga, la confidente, la que lo escuchaba, ayudaba, aconsejaba. Lo quería, sí, pero me acostumbré a hacerlo en silencio, a no expresarle mis sentimientos, a no decirle que me daban celos cuando me hablaba de tal y tal niña, en realidad, no me quería tirar la amistad tan bonita que se había cultivado.

Pero entre mis amigas no pude esconderlo. Ellas sí sabían que me moría por él. Pero también fueron cómplices de mi silencio. Lo que si era cierto, era que él no se moría por mí.

Por cosas de la vida, porque hay cosas que simplemente se dan, él fue el responsable de mi primer beso. Y no daré detalles al respecto simplemente diré, que lo recuerdo con cariño y en su momento para mí fue lo mejor que pudo pasarme.

Seguimos creciendo juntos, compartiendo alegrías, tristezas, sin duda estuvimos presentes en todos los momentos de nuestra adolescencia, las mini rumbas con los amigos, las idas a playa, las aventuras en la ciudad de hierro, las noches de la fuente con el súper bonche hablando de temas variados, variadísisisimos diría yo, las peleas que no faltaban, porque sí, entre otras cosas, le encantaba (bueno, le encanta) llevarme la contraria, las salidas con mis amigas del cole, mejor dicho, era imposible pensar que faltaría en algún plan. Nos volvimos casi que inseparables.

Hasta recuerdo que me explicaba física (porque en su colegio la daban un año antes que el mío), el presta que presta del libro de química (no puedo aguantar la risa con este cuento, que en realidad se convirtió en una excusa) y sí, hacíamos tareas juntos aunque no estudiáramos en el mismo colegio.

También recordé, que era el chico que volvía loca a la mayoría de las niñas. Muchas de las niñas que andaban conmigo morían por él y yo callada, acolitaba sus locuras, se le declaraban, le dedicaban canciones, lo llenaban de detalles, pero como yo sólo era la buena amiga, sin ninguna aparente otra intención, no decía nada y me reía, celebraba y “disfrutaba” de todo el show, aunque por dentro los sentimientos fueran otros.

Y llegó el tiempo en que ya no nos vimos como simples amigos, pero tampoco nos vimos como novios. Y así funcionaban las cosas, y lo confieso, era feliz, aunque hubo momentos no tan dulces también.

Y recordé cosas que de pronto sería mejor olvidar. De hecho, prefiero no mencionarlas, solo les puedo decir que dolieron mucho, el corazón se rompió, me sentí “traicionada” (no tanto por él) pero que con el tiempo, todo se superó, las heridas cicatrizaron y actualmente, podría decir, que justo en ese momento supe lo que era una decepción amorosa.

Y en los años venideros, la distancia fue nuestra mejor amiga y enemiga, a pesar de no vernos sino solo 2 o 3 meses al año (en vacaciones), y después de haber superado inconvenientes, la amistad ha permanecido intacta. Él sigue siendo una de esas personas con las que puedo hablar y hablar sin aburrirme (porque tiene unas ocurrencias jajajaja), compartimos afinidades, rajamos de la gente, hablamos la verdad de temas muy variados y pasamos de uno a otro con una facilidad envidiable.

Por más que peleemos, nos tiremos puyas, por más antipático que suela ser (recuerdo que algunos (as) me decían: uy, no sé tú cómo te lo aguantas jajaja), por más diferencias que tengamos en ciertos momentos, lo cierto es que él no puede vivir sin mí, ni yo sin él (que convencida), porque justo lo hemos comprobado en momentos donde por causa de terceros, nuestra amistad se ha visto amenazada y afectada, esos momentos que tanto me dolieron y cuando creía que hasta ahí había llegado todo.

Y me acordé de él, porque hace un año (y un poquito más) está por el Reino Unido, creciendo profesionalmente y como persona, enfrentando una vida totalmente diferente a la nuestra en Colombia, retándose a sí mismo, demostrándose que es capaz de llegar más allá de dónde él se lo proponga, viviendo una experiencia que sin duda lo convertirá en una mejor persona. Y yo, desde la distancia, me siento muy orgullosa de él y de todas las cosas que ha alcanzado, soy feliz con su felicidad y celebro cada uno de sus logros.

No sé por qué será, nostalgia que llamarán algunos, lo cierto es que sí, pa’ qué, pero se le extraña un montón por acá, pero sé que muy pronto, por fin, podré darle un inmenso abrazo y decirle: “BIENVENIDO A CASA NUEVAMENTE”. Y sí, oye tú, TE QUIERO MUCHOTE.

Comentarios

  1. Joder! esto lo podria calificar como amor verdadero, amor de cine!!!

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  2. Impresionante..Lindisimo esto que me encuentro..Que forma tan bonita de expresarse de alguien que vive y late en el corazón!

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  3. Que afortunado ese chico de tener a una nena como tu escribiendole asi de bonito Erika, eres muy bella en todo sentido y de verdad que da envidia de la buena. =D

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  4. Amiga..me considero fanática#1 de tus blogs...
    EstE es solo la muestra de tu gran corazón, de la importancia que tiene para ti la amistad!! que bueno saber que tengo una amiwita como tu!!

    CaRo j.

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