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10 maneras de extrañar...

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De esas cosas que se extrañan por estos días... El orden de los factores no altera el producto… 1. Una llamada, mensaje de texto, un DM, de alguien que te da las buenas noches, buenos días, que te dice cosas bonitas o cuánto te quiere, o porque se acordó de ti durante el día, o se le ocurrió dedicarte una canción, o cualquier bobada porque sí, porque al menos pensó en ti o porque sencillamente le importas. 2. A mis abuelitos que están en Cartagena y que adoro con todo mi corazón. 3. Alguien que le guste perder el tiempo conmigo, que se ría de mis locuras, que me abrace cuando tenga frío, que no le dé miedo agarrarme de la mano, que bese mis lágrimas y que ahuyente mis miedos y preocupaciones. 4. A mis amigas de Cartagena con las que solía armar cualquier plan y me secundaban en todo. Con ellas siempre hay garantía de pasarla súper bien. 5. Alguien que me sorprenda. Amo las sorpresas y llevo mucho tiempo sin recibir una que me recuerde precisamente porque las amo tanto. 6. Mi mar. Ya no

En la ciudad de los paragüas...

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Hoy es un día soleado, de esos pocos que suele haber en Bogotá, la capital colombiana. Y se siente bien esa combinación de frío y calorcito, de verdad, resulta muy agradable, especialmente para aquellos seres que nacimos a orillas del Mar Caribe y que por circunstancias de la vida ahora somos parte de esta caótica, gris y fría ciudad que nos acoge como los extraños alegres que somos. El 7 de febrero de 2011, a las 10:40 p.m. arribé a la famosa “nevera” procedente de Cartagena de Indias, tierra hermosa y calurosa, en un viaje tan improvisado como inesperado, porque una llamada a las 4 de la tarde de ese mismo día, me indicó que al día siguiente debía presentarme a una entrevista de trabajo a las 8:45 a.m. Era la oportunidad que estaba esperando: un cargo importante en la mejor universidad privada del país, cómo desaprovecharla. Así que cargada de la mejor energía y de todo lo que te toca empacar cuando cambias de ciudad, con una rara sensación, porque todo fue tan rápido que no hubo tie

¡No estaba muerta, ni andaba de parranda!

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Si, si, ya sé que muchos me han reclamado el terrible abandono en el que tenía a mi blog pero parece que las musas de la inspiración se tomaron unas serias vacaciones o tal vez se me agotaron los sentimientos que me impulsaban a escribir sobre cualquier tema. Sin embargo, he extrañado mucho el placer de sentarme a escribir frente a un documento en blanco y dejar que las letras fluyan a su manera, que les cuenten mis pensamientos, mis emociones, lo que me alegra y me entristece, lo que me ilusiona y me decepciona, en fin, ya saben, todas esas cosillas que a través de mis posts les hago saber. Me pasa algo muy curioso y es que aunque no me siente a plasmar muchos pensamientos, suele suceder que mientras camino, estoy en un sitio o haciendo cualquier cosa, voy tejiendo posts mentales sobre diferentes temas que se me ocurren, muchos relacionados con problemáticas de mi ciudad con las que me he involucrado por circunstancias de la vida o tal vez porque muy pero muy dentro de mí, habita una