Llegan y se quedan...

Sucede que cuando menos lo esperas, llegan. Algunos llegan pisando tan fuerte que logran desestabilizarte, ponen a temblar tu mundo, a sentir maripositas o yo que sé en el estómago, y de repente no los puedes sacar de tu mente. Llegan y se apoderan de tus pensamientos, de tus sensaciones, de los recuerdos, de lo que quieres, de lo que deseas, de tus momentos e incluso hasta de tus sueños, tus horas de dormir ya no te pertenecen… También se apoderan de tu apetito, de tu estado de ánimo, de tus alegrías, de tus tristezas, de tus ganas…eso…de tus ganas… Te preguntas en qué momento pasó y no encuentras la respuesta, retrocedes en el tiempo buscando una explicación que no encontrarás, sencillo, no preguntes, simplemente pasó y ya… Llegan y aunque algunas veces quisieras que sólo estuvieran de paso, parece que en lugar de arriendo, compran un lote de tu corazón y se instalan para siempre, porque aunque pasen los tiempos y las adversidades, allí permanecen… Y tú que p...